La fístula arteriovenosa (FAV) es un tipo de acceso vascular utilizado para la hemodiálisis a largo plazo. Consiste en una conexión quirúrgica creada entre una arteria y una vena, generalmente en el brazo, que permite el flujo sanguíneo directo desde la arteria hacia la vena. Esto crea un acceso duradero y seguro para el tratamiento de hemodiálisis.
La confección de una fístula arteriovenosa generalmente se realiza en un quirófano o en una sala de procedimientos. El procedimiento se lleva a cabo bajo anestesia local o regional, lo que significa que el área del brazo se adormece, pero el paciente permanece despierto.
El proceso de confección de una FAV implica los siguientes pasos:
1. Selección del sitio: El médico evaluará las venas y las arterias en el brazo para identificar las más adecuadas para la fístula. Las venas superficiales y las arterias de tamaño adecuado son preferidas para garantizar un flujo sanguíneo adecuado.
2. Diseño del acceso: El médico realizará una incisión en el brazo y conectará la vena y la arteria seleccionadas mediante una anastomosis, que es una unión quirúrgica.
3. Preparación de la fístula: Se realizarán cortes en la vena y en la arteria para crear una conexión directa entre ambas. Esta conexión permite que la sangre fluya directamente desde la arteria hacia la vena.
4. Cierre de la incisión: Después de crear la fístula, el médico cerrará las incisiones realizadas en la vena y la arteria con suturas o grapas. Se puede colocar un vendaje o una férula en el brazo para proteger la fístula mientras se recupera.
Después de la confección de la FAV, se requerirá un período de tiempo para que la fístula madure y se vuelva adecuada para la hemodiálisis. Esto implica que la vena se agrande y fortalezca, lo que permitirá un flujo sanguíneo suficiente para el tratamiento de hemodiálisis.
Es importante cuidar adecuadamente la fístula arteriovenosa para garantizar su buen funcionamiento y prevenir complicaciones. Esto incluye mantener la fístula limpia y seca, evitar lesiones en el brazo, controlar regularmente el flujo sanguíneo de la fístula y realizar controles periódicos con el médico o el personal de atención médica para evaluar su funcionamiento.
La FAV es considerada el acceso vascular preferido para la hemodiálisis debido a su mayor durabilidad y menor riesgo de complicaciones en comparación con otros tipos de acceso, como los catéteres venosos centrales. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos para una FAV y la elección del tipo de acceso vascular debe basarse en la evaluación individual de cada paciente y las recomendaciones del médico.